Productos Químicos Peligrosos en Dispositivos Médicos: BISFENOL A (BPA)

Debido a la amplia presencia de bisfenol A (BPA) en el medio ambiente, la gran cantidad de datos científicos que muestran la exposición humana al BPA a través de diferentes rutas y el hecho de que no se pueden establecer umbrales de seguridad sin efecto para los disruptores endocrinos como el BPA, es de suma importancia tratar de evitar todas las posibles fuentes de exposición al BPA, en particular para los grupos vulnerables.

En el sector de la salud, esto se puede lograr mediante la eliminación gradual de los productos químicos peligrosos en los dispositivos médicos y el uso de productos que no contengan BPA y otros productos químicos nocivos, manteniendo al mismo tiempo una atención médica de alta calidad.

Algunos ejemplos de aplicaciones de BPA en dispositivos médicos 


Policarbonato
Lentes oculares, tubos, oxigenadores de sangre, dializadores, equipos de administración intravenosa, jeringas, catéteres

Polisulfona
Bandejas quirúrgicas, nebulizadores, humidificadores, membranas de hemodiálisis 

Poliacrilatos
Resinas compuestas dentales, selladores dentales, revestimiento para dispositivos médicos

Polieterimida
Esterilización bandejas, dispositivos de dentista, pipetas

Aditivo para PVC
Aparatos de autotransfusión, bolsas de líquidos intravenosos, sondas de alimentación nasogástrica y enteral, mascarillas respiratorias, sondas endotraqueales, catéteres umbilicales

El bisfenol A puede polimerizarse para producir plástico de policarbonato y otros productos plásticos, o usarse como aditivo en plástico de cloruro de polivinilo (PVC). Las aplicaciones en dispositivos médicos incluyen, entre otros, tubos médicos, hemodializadores, incubadoras para recién nacidos y resinas compuestas dentales. Varios estudios han demostrado que el BPA es un potente químico disruptor endocrino (EDC), capaz de interferir con la acción del estrógeno y la hormona estradiol. Relacionar los niveles altos y bajos de exposición al BPA con un aumento en la tasa de cánceres del desarrollo, problemas reproductivos (recuentos espermáticos más bajos, cambios hormonales, glándulas prostáticas agrandadas, inicio temprano de la pubertad), trastornos neurológicos y del comportamiento, enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes. 

Se ha demostrado que el BPA se filtra de los dispositivos médicos que contienen PVC (similar a los ftalatos), de los plásticos polimerizados en los dispositivos por difusión del BPA residual que queda después del proceso de fabricación y de los selladores dentales en condiciones normales de uso. La comunidad científica ha considerado la filtración de dispositivos médicos como una fuente importante de exposición al BPA en humanos. Se ha encontrado BPA en una variedad de tejidos y fluidos humanos, como el tejido placentario, la leche materna, la orina, la sangre y la saliva. Una vez en el cuerpo, se cree que el hígado y los intestinos transforman rápidamente la mayor parte del BPA de "BPA libre" (molécula activa) a "BPA conjugado" (no activo y con menos probabilidades de tener efectos sobre la salud) y se elimina en la orina. Sin embargo, la transformación del BPA no es completamente eficiente y diferentes estudios de biomonitoreo han demostrado que la población humana en general está expuesta al BPA, incluida una exposición significativa interna del cuerpo al BPA libre. Además, el BPA libre puede almacenarse en la grasa corporal y liberarse lentamente al torrente sanguíneo. Además, un estudio reciente también sugirió que la MBP, un metabolito del BPA, en realidad puede interferir más fuertemente con el estrógeno que el BPA.

Los profesionales de la salud están preocupados por los pacientes que pueden experimentar una mayor exposición al BPA como resultado del uso de esta sustancia química en dispositivos médicos y por los posibles efectos adversos para la salud de los grupos de pacientes vulnerables y con enfermedades crónicas, que pueden estar expuestos durante largos y críticos períodos de tiempo.

Los pacientes de hemodiálisis pueden estar expuestos a cantidades sustanciales de BPA debido al uso de policarbonato en los dializadores, polisulfonas en las membranas de hemodiálisis y PVC en los tubos9. Las funciones renales deterioradas se han asociado con una disminución en la excreción12 de BPA urinario.

Por lo tanto, el uso de equipos de hemodiálisis que contienen BPA puede aumentar el riesgo de los pacientes y, debido a su enfermedad renal, provocar un aumento de BPA en la sangre.

Un estudio reciente encontró que los recién nacidos que recibieron tratamiento médico con cuatro o más dispositivos tenían un nivel de BPA en la orina tres veces mayor que los bebés tratados con tres o menos dispositivos médicos13.

Los bebés prematuros que reciben tratamiento de cuidados intensivos son inmaduros tanto desde el punto de vista del desarrollo como fisiológico y, por lo tanto, tienen un mayor riesgo de exposición al BPA. La exposición en la vida temprana es motivo de gran preocupación. Diferentes estudios han sugerido que los animales jóvenes tienen habilidades ineficientes para transformar sustancias químicas.


Avanzando hacia una sanidad sin PVC

Diferentes estudios han encontrado una asociación entre las concentraciones de BPA y ftalatos (utilizados como plastificantes para suavizar el PVC, por ejemplo, DEHP), lo que sugiere fuentes de exposición comunes. Un estudio demostró además que la intensidad del uso de dispositivos médicos de PVC que contenían DEHP era proporcional a la exposición al BPA, y los niveles de BPA aumentaban cuando se usaban cuatro o más dispositivos médicos de PVC. 

Varias autoridades locales y hospitales de toda Europa ya han reconocido la necesidad de evitar productos químicos nocivos en sus dispositivos médicos y han comenzado a eliminar gradualmente los dispositivos médicos que contienen PVC. Para evitar cargas de salud innecesarias para los bebés prematuros, la Asociación de Hospitales de Viena comenzó a reducir los dispositivos médicos que contienen PVC en los años noventa y desde entonces ha implementado una política libre de PVC para sus unidades de cuidados intensivos neonatales.

Los criterios cubren los consumibles médicos invasivos, así como los productos que entran en contacto con la piel de los bebés prematuros.
En la Unidad de Neonatología del Children's Hospital Glanzing, la eliminación del PVC comenzó en 2000 y el contenido de PVC de los productos médicos invasivos se redujo de 343 kg y 14,6 % en peso en 2001 a 178 kg y 7,6 % en peso en 2010. El aumento estimado en el precio fue solo del 9 al 15%.

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